Dilia Mercedes Frias de Valdez

The smell of freshly baked lemon squares guides you as you enter the single-story home with pictures of legacies in the foyer. The woman standing there to greet you with bright blue eyes and an infectious smile is the grandmother and great-grandmother to the children’s photos sitting on the foyer table. She pulls you in with a warm hug and offers you coffee, pastries, and invites you to sit as Libertad Lamarque plays in the background. Before you know it, you’ve spent hours telling her about your day, receiving advice, and spending time in the mid to late century Dominican Republic as she recounts her battle victories. You’ve laughed, you’ve danced, you’ve cried, you’ve been encouraged and inspired as you seep into the layers of her life.

At the age of 9, the passionate singer and music enthusiast met the man who would forever call her his. He tells of how drawn he was to the girl who walked opposite the street to him day after day. The one he stopped seeing but saw again five years later. He asked for her hand at 16, but they waited until 19 to say, “I do.” The photo in the foyer shows a young couple in love who would brave endless storms together.

At 14, she makes the first life-changing decision of becoming a parent to her five other siblings after Lucia, her 35-year-old mother, loses her battle to cancer. She gives up her dreams and passions of studying languages, becoming a flight attendant, a pianist, a doctor, and a radio talk show host to become a mother to many. She took local courses in sewing, cooking, painting, and baking, becoming one of the most innovative bakers in her town. She took pride in the details and could make you forget about the most difficult moments of your life with a bite of her tres leches. She volunteered in medical centers and geriatric rehabilitations delivering light to one person at a time.

She raised her two brothers and three sisters, who remember her as a woman, a mother, and a sister who was always decided in her ways. She was the one whose arms you wanted to fall into because she never judged you. She was the first one on the dance floor with her late brother, “Bobby”, her husband, and her sons. She had a strong character and never complained about the sacrifices she made. She would never speak of the difficulties she endured, but instead would encourage you through yours, saying, “Todo pasa.” Everything passes.

Her passion for reading mystery novels and Sherlock Holmes led her to be a very astute mother who is remembered for her iconic discipline. Her daughter and four sons resemble her in her love and in her light. She raised them and over ten more blessings that came from her five children.

Her love for baking, for family, for helping her community is evident in the lives of those who succeed her. Her children became entrepreneurs. Her grandchildren carried on her passions of healthcare, public service, creativity, and the kitchen.

Dilia Mercedes Frias de Valdez graced the world on May 2nd, 1945, and took her last breath before 8pm on Friday, August 29th, 2025.

El olor de cuadritos de limón recién horneados te guía al entrar en la casa de una sola planta, adornada con fotos de legados en el vestíbulo. La mujer que está allí para recibirte, con brillantes ojos azules y una sonrisa contagiosa, es la abuela y bisabuela de los niños cuyas fotos reposan en la mesa del vestíbulo. Te atrae con un caluroso abrazo y te ofrece café, pasteles y te invita a sentarte mientras de fondo suena Libertad Lamarque. Antes de que te des cuenta, has pasado horas contándole sobre tu día, recibiendo consejos y viajando a la República Dominicana de mediados y finales del siglo pasado mientras ella relata sus batallas ganadas. Has reído, has bailado, has llorado, te has sentido fortalecido e inspirado al entrar en las capas de su vida.

A los 9 años, la apasionada cantante y amante de la música conoció al hombre que para siempre la llamaría suya. Él cuenta cómo lo atraía la niña que caminaba día tras día por la acera opuesta a la suya. La misma a la que dejó de ver, pero con la que se volvió a encontrar cinco años después. Le pidió su mano a los 16, pero esperaron hasta los 19 para decir “Sí, acepto.” La foto en el vestíbulo muestra a una joven pareja enamorada que se atrevería a enfrentar tormentas interminables juntos.

A los 14, toma la primera decisión que cambiaría su vida: convertirse en otra madre para sus cinco hermanos después de que Lucía, su madre de 35 años, perdiera la batalla contra el cáncer. Renunció a sus sueños y pasiones de estudiar idiomas, convertirse en azafata, pianista, doctora y locutora de radio, para convertirse en madre de muchos. Tomó cursos locales de costura, cocina, pintura y repostería, convirtiéndose en una de las reposteras más innovadoras de su pueblo. Se enorgullecía de los detalles y podía hacerte olvidar los momentos más difíciles de tu vida con solo un bocado de su tres leches. Fue voluntaria en centros médicos y rehabilitaciones geriátricas, llevando luz a una persona a la vez.

Crió a sus dos hermanos y tres hermanas, quienes la recuerdan como una mujer, madre y hermana siempre firme en sus caminos. Era aquella en cuyos brazos querías caer porque nunca te juzgaba. Era la primera en la pista de baile con su difunto hermano Baby, con su esposo y luego con sus hijos. Tenía un carácter fuerte, pero tierno, y nunca se quejó de los sacrificios que hizo. Nunca hablaba de las dificultades que soportó, sino que te animaba en las tuyas diciendo: “Todo pasa.” Su pasión por la lectura de novelas de misterio y Sherlock Holmes la convirtió en una madre muy astuta, recordada por su disciplina icónica. Su hija y sus cuatro hijos reflejan su amor y su luz. Los crió, junto con más de diez bendiciones que vinieron de ellos.

Su amor por la repostería, por la familia y por ayudar a su comunidad son evidentes en las vidas de quienes le suceden. Sus hijos se convirtieron en emprendedores. Sus nietos continuaron sus pasiones en la salud, el servicio público, la creatividad y la cocina.

Dilia Mercedes Frías de Valdez bendijó al mundo el 2 de mayo de 1945 y tomó su último aliento antes de las 8 de la noche del viernes 29 de agosto de 2025.